Humedades producidas en la zona del hueco de la ventana.
Causas que lo provocan
Grandes oquedades que se van dejando durante la ejecución de la fábrica de ladrillo en la deficiente trabazón y juntas del mortero.
El asiento del hueco de ventana, donde se apoyará el alféizar, se queda sin macizar y lleno de huecos, que normalmente, se ha cobijado con ladrillo perforado sin rellenar.
En esta situación, queda el premarco levantado sobre la albañilería, en espera de que el alféizar se enteste contra él y marque la pendiente prevista, lo que ocasiona bajo la piedra del alféizar multitud de oquedades, que facilitarán el paso de la humedad hacía el interior y enlucido con yeso.
Confiar en el sellado posterior de silicona que se le da a la carpintería es inútil por dos razones: Primero, éste se hace defectuosamente sobre el polvo de la obra siendo ineficaz; y Segundo, aunque estuviera bien realizado, la porosidad de los materiales pétreos que conforman el hueco exterior, facilitará el paso de la humedad en cuanto alcancen el grado de saturación, y además siempre hay pequeñas fisuras en el enfoscado y las juntas laterales.
También el premarco queda despegado de la obra de fábrica con oquedades muy pronunciadas por defecto de la ejecución de la albañilería, en la vuelta de la mocheta y en la trabazón con el tabique.
Solución
Para evitar la penetración de humedades en la zona baja del hueco, macizaremos con mortero de cemento el asiento de la piedra que configure el alféizar.
De esta manera, marcaremos la pendiente correcta macizando también bajo el premarco y dejando la holgura necesaria para contar con el espesor del alféizar más una capa fina de cemento cola.
Formada esta cama de asiento para el alféizar, ejecutada con mortero, se exigirá rellenar muy bien los rincones del premarco y los laterales de la mocheta, para que después apliquemos sobre la misma una película continua de impermeabilizante elástico, compuesto por una pintura al caucho.
Esta impermeabilización, la conseguiremos in situ, aplicando con rodillo una pintura de caucho acrílico, de gran elasticidad, insistiendo especialmente con brocha en los rincones antes descritos, formando una media caña que le dé continuidad a la base del alféizar subiendo por los laterales y hasta el premarco.
Como estamos trabajando sobre material poroso, aplicaremos este revestimiento impermeabilizante dando la primera mano diluida al 25% con agua, como imprimación, y 1 ó 2 manos más en estado puro, para formar la barrera impermeabilizante; que aún fresca, debe espurrearse con arena para que deje una superficie adherente, que favorezca el posterior agarre del alféizar.
Concluida esta operación, todo quedará listo para que pueda pegarse la piedra que forma el alféizar, directamente con cemento cola, quedando esta rasante con el premarco.
Después se colocará la carpintería que montará sobre el alféizar y que quedará sellada con silicona especial para intemperie. Lateralmente y sobre las jambas, habrá quedado un pequeño babero realizado con pintura al caucho, y sobresaliente unos 6 cms. sobre el nivel superior del alféizar, que será cubierto por el remate del enfoscado exterior o el aplacado correspondiente, según sea la solución de terminación de la fachada.
Si el revestimiento exterior de la fachada está previsto con un sistema monocapa, el orden de trabajo sería el mismo; o igualmente se procedería sí se hubiese proyectado un aplacado de piedra, en cuyo caso la placa que forma la jamba del hueco, montaría sobre la piedra del alféizar.
Hay que indicar que esta solución impermeabilizante a base de copolímeros acrílicos, puede mejorarse aún, aplicando una venda de fibra de vidrio, que quedaría embebida en la película de este elastómero, reforzando con esto los rincones o la unión de la fábrica y el premarco previsto para atornillar la carpintería del hueco.
Humedades en la zona alta de los laterales del hueco de ventana.
Causas que lo provocan
A veces, las jambas de los huecos, se ven traspasadas por la humedad de lluvia ocasionando manchas de humedad en la zona alta de los laterales de las ventanas cuya causa proviene igualmente de la defectuosa ejecución de la albañilería, en la mocheta, donde quedan grandes juntas y espacios que no se macizan correctamente o que adolecen de un buen aparejo del ladrillo, cuyas grandes diferencias quedan de manifiesto en la unión del premarco con la fábrica, que posteriormente se pretenden disimular y taponar con el enfoscado de la fachada.
Admitiendo esta mala ejecución, lo que se hace no es suficiente y cuando la humedad satura el enfoscado, a través de su porosidad o de las pequeñas fisuras que no logra tapar la pintura exterior, el camino del agua se hace fácil y corto por detrás del premarco hasta tomar contacto con en el enlucido interior de yeso, que se encarga de multiplicar su efecto como material altamente higroscópico.
Solución
En este caso, aplicaríamos la misma solución, dando el tratamiento impermeabilizante a base de pintura al caucho, de manera tal que se garantice una película continua y longitudinal sobre el 50% aproximadamente de la mocheta, hasta montar en el premarco y procurando que se rellene bien el diedro de unión con la fábrica, que es la zona más delicada.
Igualmente, se espurrearía aún fresca la pintura, con arena, para facilitar la posterior adherencia del enfoscado o el revestimiento monocapa de la mocheta.
La ventaja de este sistema acrílico, es su fácil aplicación permitiendo que lo ejecute el propio albañil, dando la primera mano diluida con agua y las posteriores con la pintura de caucho en estado puro, siendo capaz de taponar la porosidad del ladrillo y las juntas del mortero, sobre lo que mantiene una gran adherencia. Además, la aplicación con la brocha permite fácilmente rellenar los rincones entre el premarco y la fábrica, garantizando una película continua que impermeabilice ese ángulo.